DEDICATORIA:



Dedico con mucho cariño este blog a los buenos amigos que se prestaron gratuitamente a ejercer de improvisados actores para que Tele-Le fuera una "realidad". Especialmente a Jesús; pese a todo, él sigue conmigo.

jueves, 4 de febrero de 2021

EL POEMA


HISTORIA REAL COMO LA BIRRA MISMA

-CAPÍTULO 11-

-EL POEMA-

Esterrato Tanagusto, quería darle una sorpresa a su novia recitándole alguna poesía durante la celebración religiosa, pero al mismo tiempo que eunuco, era un completo negado para escribir las cosas bonitas que pretendía transmitirle a Sestampana. Dándole vueltas al coco recordó a su viejo amigo Yoteskribo Unaskagadas; checoslovaco y compañero de pupitre en el colegio “San Leo Lokemeplaze” perteneciente a la orden de “Silos Senovengo” y decidió ir en su busca para hacerle el encargo; aunque temía que su amigo siguiera siendo el chico travieso que le gustaba bromear incluso con los temas y momentos más serios o trascendentales.

 A causa de la educación recibida en el colegio “San Leo Lokemeplaze” perteneciente a la orden de “Silos Senovengo”; para darle “empaque” a sus conversaciones ambos tenían costumbre de utilizar palabras cuyo significado no terminaban de entender y casi siempre empleaban otra semejante en vocablo aunque de significado totalmente distinto convirtiendo el diálogo en esperpento; algo “disculpable” en el caso de Esterrato -lelo de nacimiento- pero censurable en el de Yoteskribo Unaskagadas que siempre se las daba de intelectual.

Para un mejor seguimiento sin pérdida en la lectura, en este capítulo os facilito en cada comienzo de frase la inicial del hablante. Quiero que os divirtáis con esta novela, no que os volváis locos al leerla.

 Esterrato caminó largo tiempo hasta que por fin, en un antiguo cafetín encontró a su amigo Yoteskribo Unaskagadas, con un brazo en cabestrillo, sentado en una butaca de mimbre rodeado de papelotes, junto a una taza de café vacía de café y llena de moscas libando los resecos restos de espuma en los bordes.

 -      Y- ¡Hombre! ¡Cuánto tiempo amigo mío! –dijo gratamente  sorprendido a la par que indiferente Yoteskribo.

-      E- Sí, mucho, la última vez que nos vimos eras lampiño y tenías voz de pito, ahora tienes la voz tan grave que el aliento ya te huele a muerto –apostilló el patoso Esterrato.

-      Y- Haré caso insumiso a lo que me acabas de decirme porque tienes menos gracias que los pelos del culo -apuntó molesto Yoteskribo Unaskagadas-. ¡Por favor toma asiento!

-      E- Mejor me tomo una cerveza sin cafeína –contestó sin pretender hacer un chiste.

-      Y- Veamos eunuco,  ¿qué te trae por aquí? –preguntó lenta y apelotonadamente el artista simulando tomar un sorbo del inexistente café, haciendo volar alrededor de sus labios una nube negra de moscas.

-      E- Siempre me gustó mucho tu forma de escribir y como eres el más interectual que conozco, he transcurrido a ti porque quería pedirte un favor –se atrevió al fin a decir Esterrato.

-      Y- Pues tú dirás, pero te he de decirte que estoy un poco lesionado, un día me pasé toda la noche escribiendo y por poco mese borran las buellas datilares. 

-      E- ¿Qué te ocurre que tienes el brazo en cabritillo?

-      Y- ¡Cabestrillo!

-      E- ¡Tú cabronazo! ¿Por qué me insultas? ¿Qué te hice para que me llames cabestro? –preguntaba Esterrato sin entender por qué su amigo le insultaba.

-      Y- ¡No hombre no! Te dije que tengo el brazo en cabestrillo…

-      E- ¡Ya salió el interactual que todo lo sabe! –dijo algo contrariado Esterrato-. Primero me insultas y luego disimulas inventando una estúpida palabra.

-      Y- Querido Esterrato, para insultarte no necesito inventarme palabras.

-      E- Bueno, vamos a dejarlo que a ti te gusta mucho nadar por las ramas y no quiero yo desvirgarme del tema.

-      Y- Como le dijo Zorrilla a su vecina… ¡¡Bonita, lo mío es apellido!!

 Esterrato no entendió la apostilla de su amigo (ni hubiera sabido qué es una apostilla) Y continuó como si no le hubiera escuchado.

-      E- Bueno, pero tú sigues escribiendo ¿verdad amigo? Porque si no para mí sería castatrófico.

-      Y- Claro que escribo, pero menos porque de tanto escribir a máquina tengo porblemas en los güesos.

-      E- ¿Tienes herniada de discos?

-      Y- Tengo herniada toda la discografía; incluso tengo una canción compuesta y sin novio ¡no te digo más!

-      E- ¿Por qué no me dices más querido amigo? –dijo empalagoso Esterrato-. (Y más ratos). Me interesa mucho Tu conversadera.

-      Y- La tuya me aburre ¡yavestruz!

-      E- ¡¡Esterrato!!

-      Y- Me estás empezándome a ponerme enfermo.

-      E- Pero si me estabas contándome enfermedades y hace mucho que no nos veíamos ¡no seré yo el culplable de tus males!

-      Y- Vale, no me empatiza discutir contigo. Tienes razón.

-      E- ¿Y qué más tienes?

-      Y- Razón y la columna vertebrada con más curvas que la Claudia Cardenales, por eso ahora  escribo menos o nada.

-      E- Vaya hombre, cuanto lo siento… -dijo por cumplir Esterrato y sin importarle en absoluto los problemas óseo discales que le estaba contando su amigo.

-      Y- Bueno Esterrato, que nos estamos yendo por las rameras. Dime qué te trajo por aquí.

-      E- He venido andando. No tengo dinero para trasportres nueve.

-      Y- Bueno, eso no me importa en obsoluto. Saber a qué has venido, sí me importa… aunque no mucho la verdad.

-      E- Es que me caso Dios menguante dentro de unos días y quiero que me escribas una oda pa la boda.

-      Y- ¿Una oda? ¡No oda! Mejor una poesía.

-      E- De eso entiendes tú más –decía nervioso Esterrato.

-      Y- Me pones en un membrete, pero…

-      E- Tú puedes hacerlo amigo. ¡Eres el mejor! –Dijo angustiado el muchacho-. Mi novia  es muy efusívica y se queja de que yo soy muy asterisco porque nunca le digo cosas bonitas.

-      Y- Prosupuesto que te ayudaré hombre ¿Conoces a  Gumersinda Nilahora?

-      E- No tengo el gusto –dijo Esterrato.

-      Y- Es muy amiga mía y desde siempre ha sido muy buena  poetísica; éstas cosas románicas las escribe mu bonitas, con mucho sentimiento, aunque necesito porprocionarle algunos datos… Veamos ¿a qué se dedica tu novia?

-      E- Es ramera…

-      Y- ¿Qué dices? –preguntó extrañado el presunto intelectual-. ¿Es puta?

-      E- Sí, algunas veces, cuando se acatarra, pero suelen ser mocos y con un jarabe se la pasa.

-      Y- ¿Eso que tiene que ver? –Dijo incrédulo Yoteskribo Unaskagadas-. ¡Eres tú quien ha dicho que es ramera!

-      E- ¡Porque es ramera! –enfatizó convencido-. Poda las ramas de los árboles y los setos del parque… Por eso todo el mundo la conoce como “la ramera” jeje –rió el tontarro.

-      Y- ¡Ah! ¡Ramera setuda! –argumentó con sorna el escritor.

-      E- Lo que sí te ruego  encarnizadamente es que no te pierdas en prolegónemos, que sea un poema sencillo a la par que semental –decía Esterrato con cara de bobalicón que no le pasó inadvertida al guasón de su amigo Yoteskribo.

-      Y- No te preocupes de nada, como dije hace unas líneas, mi amiga Gumersinda Nilahora,  es muy ronmática y ha reclamado  muchas poesías en su vida, aunque te adviento que  tiene la lengua un poco uterina y le gusta mucho criticar a las gentes para ponerle los putos sobre las ises.

-      E- Pues dile por favor que no haga burla de la actividad profesional de mi Sestampana.

-      Y- Tranquilo Esterrato que mi amiga además de buena escritora es muy respeutosa. Todo el mundo que la lee habla de su obra con grande eulogios.

-      E- ¡Está bien! ¡Te creo!

-      Y- ¡No haces bien! –contestó el impresentable Yoteskribo con más guasa que nunca.

 Esterrato no leyó el NO en esa frase malintencionada de su presunto amigo.

 -         E- Bueno y qué me cuentas ¿qué tal te va la vida como escritor? ¿Se gana mucho dinero?

-         Y- ¡Bueno, no me quejo! Soy mi propio jefe.

-         E- ¿Tu propio jefe? ¿Y quién te paga?

-         Y- ¡Yo me pago!

-         E- ¡Por la pata abajo!

-         Y- ¡Qué lentito has sido siempre amigo Esterrato! ¿Sabes algo de los compañeros de entonces? –preguntó haciendo un inciso, aunque tampoco tenía ni idea de lo que es un inciso.

-         E- Algo sé, aunque a algunos de ellos hace muchísimo que no les veo.

-         Y- ¡Claro Esterrato! ¡Siempre fuiste muy cegato!

-         E- Cegato Siamés Jeje, sobre todo desde que tuve desprendimiento de cornisas.

-         Y- ¡Córneas! Desprendimiento de cornisas significa caerse los cuernos al suelo.

-         E- ¡¡Qué te ha dado con los cuernos!! ¡Qué ossesión!

-         Y- Venga no seas bobo y cuéntame si sabes algo de nuestros antiguos colegas.

-         E- Algo -dijo el pobre Esterrato pretendiendo bromear.

-         Y- Pues yo -decía Yoteskribo Unaskagadas-. El otro día me encontré con Aunkekago Nomejharto, me contó que lleva años viviendo en Estambul…

-         E- ¿Dónde el flan? –preguntó el lelo sin ver el gesto de hastío de su interlocutor.

-         Y- Está muy bien, ha puesto un restaurante de platos típicos estambulenses.

-         E- No he comido nunca de eso. Soy muy trandicional en las comidas que hace siempre mi madre la misma.

-         Y- Se casó con Lola Mento y tienen una niña que  llamaron Fé pero es muy pequeña y le dicen Feíta… aunque realmente es fea de cojones.

-         E- ¡¡El bueno de Aunkekago!! –repuso Esterrato-. No sabía que era cocinero.

-         Y- No, la cocinera es Lola Mento, él se encarga de los pedidos.

-         E- ¡Qué asco! –espetó con cara de arcada el descerebrado novio de Sestampana.

-         Y- ¿Asco? Aunkekago apunta lo que le piden, hace el encargo a Lola, ella sirve la cominuta y una vez emplateado, Aunkekago lo sirve a los cosmensales.

-         E- Ah, pensaba que los pedidos eran los que pedorreaban.

-         Y- Amigo Esterrato, no me cabe deuda: sigues siendo un zurrumbumbón.

-         E- No hombre, es que estaba pensando que a Aunkekago Nomejharto le iba el trabajo como anillo al pelo. Recuerdo una vez que fuimos de excursión a una granja, se tiró un pedo en el gallinero y disfrazó a todo el pueblo de indios y a los que tenía más cerca, les puso un penacho hasta las corneas.

-         Y- ¿Corneas? ¿Otra vez esa palabra en mal lugar? ¡Será hasta las corvas! –acertó a decir Yoteskribo, que, como iremos viendo, a veces incluso sabía rectificar.

-         E- ¡Bueno,  hasta las pantorrillas! Un penacho como el que sacó “El Yuyu” el año de “Los Arapajoe que Joe”; igual que el que llevaba “Toro Encuclillas”.

-         Y- Querrás decir Toro Sentado –apuntó el pseudo escritor.

-         E- Tienes toda la razón, rectificar es de monosabios, el indio ese era “Toro Sentado”, aunque al Yuyu le decían “Toro Acostao” –rectificó ratificando Esterrato.

-         Y- También recuerdo a Francisca Garse; ya sabes: Paca… Paca Garse, era tan guarra, que cuando se subía al autobús le hacían pagar por las moscas que llevaba revoloteando en lo alto –apuntó Yoteskribo.

-         E- Pues sí, a Paca Garse le olía tan mal el aliento, que un día la castigaron a fregar las ventanas y se rompían los cristales al echarles el vaho.

-         Y-  Sí, eso es lo que se decía en el colegio, aunque yo nunca lo vi y ya se sabe que de lo que no veas, no creas.

-         E- Pues si yo tuviera que creer solamente lo que veo, iba apañau.

-         Y- Tranquilo Esterrato, tú apañado vas, creas o no creas.

-         E- Al que me gustaría volver a ver es a Aitor, éramos muy amigos y no he vuelto a verle.

-         Y- ¿Quién? ¿Aitor Tilla o Aitor Tazo? –preguntó el escritor.

-         E- No, Aitor Parrón.

-         Y- ¡Pobre! Me contaron que se había ido en busca del monstruo del Lago Inés, pero con tan mala suerte que se dio un golpe en la cabeza y se quedó amniótico perdido.

-         E-¡¡Será arsénico!! –rectificó el hijo de Kemesuda.

-         Y- ¿Pero eso no es veneno? –dudó-. No hombre, a este lo que le pasó es que no se acordaba de nada.

-         E- ¡¡Pues que suerte tuvo!! ¡¡Para lo que hay que recordar algunas veces!! –apuntó triste Esterrato.

-         Y- También me dijeron que Karmele Trokutá  se juntó con una pandada de deslincuentes de esos que trafican endrogaus se fue a Establos Reunidos Geyper y murió en la silla electrónica.

-         E- ¡Al menos murió sentada! ¡Pobre mujer! ¡Con lo bien que tocaba la pandereta!

-         Y- ¡¡Y el carajo!! –dijo melancólico Yoteskribo.

-         E- Estaba en la misma estudiantina que Alfonso Najero; que sonaba bien pero flojito y por eso le pusieron a tocar las maracas en los conciertos.

-         Y- ¡¡Qué de tiempo!! ¡¡Qué de recuerdos!! – decía aún más melancólico Yoteskribo Unaskagadas.

-         E- ¡¡Éramos una gran pandilla!! –apuntó Esterrato con casi idéntica melancolía-. ¡¡Cuéntame de ellos todo lo que sepas!!

-         Y- Me  contaron que Juanjo Día Poko se casó con Elena Nito Delbosque.

-         E- Pero es una historia que no merece la pierna ser contada, es sinsustancial.

-         Y- ¿Y eso qué quiere decir? –preguntó malicioso intuyendo que su amigo no sabría la respuesta-.

-         E- Sinsustancial, que contarla no tiene ojecto.

-         Y- Objeto –enfatizó Yoteskribo, que para eso por una vez sí sabía la palabra correcta-. ¡Objeto!

-         E- Sí, en tol geto voy a darte que a veces pareces tonto amigo.

-         Y- Anselmo Killo se hizo criador de perros y se casó con Dolores Depescuezo que por mucho que presumía de ser aristrócata, ahora no sale del  estomatólogo porque la pobre tiene problemas de sarcófago.

-         E- ¿No me digas que tiene en la panza una momia egipcia?...

-         Y- ¡¡Bueno cosas de barriga!! No sé qué del epílogo.

-         E- ¡Pero eso es el final de un libro! ¿No será que tiene problemas en el pirólo?

-         Y- No sé, me dijeron que tiene instruido el deudeno.

-         E- Que tenga porblemas de deudeno, no me extraña, Dolores Depescuezo siempre fue mala pagadora.

-         Y- ¿Dolores mala pagadora? ¡¡Qué me estás container!!

-         E- Sí, Dolores Depescuezo era más roñosa que el yerro metido en agua, y Anselmo Killo se volvió mu agarrau cuando se hicieron novios.

-         Y- Ya se sabe que dos que duermen en el mismo colchón, les pica la misma pulga.

-         E- Bueno, no sé lo que quieres decir, pero eso en mí, es lo normal.

-         Y- ¿Te acuerdas del profesor de matemáticas? –preguntó Yoteskribo.

-         E- ¡Matemáticamente! –dijo sin confundirse.

-         Y- ¡¡Qué buena persona era don Ottoy Ottomá Sondó!!

-         E- ¡Asín es!

-         Y- Ahora también lo está pasando mal el hombre –dijo Yoteskribo Unaskagadas-. Su mujer está insoportable desde que se le ha retirado la regla y está con la Eutanasia.

-         E- No sé si podrás resolverme una deuda que tengo desde hace tiempo.

-         Y- Pagar por ti ¡¡Si hombre!!  ¡¡No te lo crees ni tú!! Me dijeron que no avalara ni a mi padre. Mucho menos pagarte una deuda.

-         E- ¿Y eso que tiene que ver con responderme una pregunta?

-         Y- ¡Eso digo yo! Has dicho deuda. Has debido infundir la palabra deuda por duda. ¿Qué duda es esa Esterrato?

-         E- ¿Por qué “separado” se escribe todo junto y “todo junto” se escribe separado?

-         Y- ¡Tú sí deberías estar separado del mundo! ¡¡Eres un bulto con ojos amigo Esterrato!!

-         E- Sí, ojos sí tengo, aunque hace mucho que no veo a tu mujer –dijo saliéndose por la tangente-. ¿Dónde está?

-         Y- En Arizona…

-         E- ¡No te pregunté por el tamaño de su apendicitis nasal!

-         Y- ¿Te acuerdas de la profesora de lengua? Adelina Daza ¡¡Qué buena estaba!! –dijo Yoteskribo por toda respuesta.

-         E- Claro que la recuerdo, Adelina Daza, que estaba casada con Juan Mier y ahora tienen un polbrema de mucho disgusto porque su hijo Leopoldo quería ser confitero y por su nombre no puede.

-         Y- ¿No puede ser confitero por llamarse Leopoldo?

-         E- No, por apellidarse Mier Daza.

-         Y- Qué razón tienes Esterrato. Yo al que veo algunas veces es al empollón de clase.

-         E- Nunca le vi la entrepierna a ninguno para saber el tamaño de su poll… ¿A quién te refieres?

-         Y- A Cosme Mancipo Amasdetreinta. Aún sigue estudiando y viviendo de sus padres.

-         E- ¡¡Así bien se puede estudiar!! –apuntó Esterrato.

-         Y- Pasaba las tardes en el ateneo a las consecuencias aprendiendo cosas.

-         E- Le hizo caso al profesor Nikiski Sekoska que siempre nos decía “el saber no escupe lugar”.

-         Y- Cosme consiguió una beca Espasmus.

-         E- Éramus

-         Y- Pues eso, una beca “Éramus pocos y parió la abuela” y con ese dinero pudo estudiar en Kanfor

-         E- ¡¡Pues qué lustrosos llevará los zapatos!!

-         Y- En aquella época celebrábamos mucho el día de Santo Tomás de Akilo

-         E- ¡Patrón de los ultramarinos! –dijo Esterrato convencido.

-         Y- ¡Ya claro! Y el patrón de los ultramarinos baratitos se llamará  San Akilino ¡No te jode!

-         E- Cerca de mi casa vivía Mª José Diendo Sescuece.

-         Y- La recuerdo bien. Era muy pija y sus amigas le llamaban Mariajo.

-         E- Cierto: Mariajo Diendo Sescuece… hacía buen honor a su nombre –apuntó Esterrato jocoso, sin darse cuenta que su Sestampana también hubiera podido escocerse en aquella misma época.

-         Y-¿Sabías que Mariajo es libiana?

-         E- Todo el mundo lo sabía, sobre todo desde que se casó con Carmela Miendo Lalmeja

-         Y- ¡¡Vaya dos!! Ahora viven en Porfa Borg, un pacífico pueblo Noruego del mismo Noruega.

-         E- ¡Qué buenos ratos tenemos vividos mi querido amigo Yoteskribo! –afirmó Esterrato melancólico-. ¡Cuánto nos hemos reído la pandilla!

-         Y- ¡Sobretodo nosotros de ti! –decía el impertinente Yoteskribo, como si él nunca hubiera sido objeto de las burlas de sus compañeros –que lo fue- casi tanto como Esterrato.

-         E- Recuerdo lo bien que lo pasamos aquel verano en el campamento vasco ¡Qué de amigos nos hicimos allí!

-         Y- ¡Y pajas!

-         E- Por cierto un par de preguntitas: si el rey se casa con la reina ¿el paje se casa con la paja?

-         Y- ¡Sigues con las preguntas idiotas!

-         E- Con respecto al rey ¿qué función tiene el paje? ¿El que le hace las paj…? ¡¡En qué estaría yo pensando!!

-         Y- Yo también tengo pensamientos fisolóficos: no por mucho madrugar te levantas con más ganas –decía Yoteskribo.

-         E- El que a buen árbol se arrima puede llenarse de hormigas.

-         Y- ¿En qué se parece un mal profesional a un preservativo pequeño? –preguntó el presunto intelectual.

-         E- ¡Sorpréndeme Yoteskribo!

-         Y- Pues mira Esterrato, te diré que el mal profesional es de Paco-Tilla y el preservativo pequeño es Paco-Lita.

-         E- Me desorino de risa…-sonrío sin ganas Esterrato.

-         Y- Noto iriónica tu respondida.

-         E- Naturalmente Yoteskribo, porque te vas por los cerdos  de Úbeda.

-         Y- Por los cerrados –apuntaló tan convencido el listillo.

-         E- Pues para compensarte te voy a contar un chiste… Uno disfrazado de monstruo dice: Niña, ¿te doy miedo?... No me des más miedo que ya tengo un montón.

-         Y- Bueno dejemos esas boberías, me está gustando hablar de esos viejos tiempos en el campamento vasco –cortó secamente Yoteskribo.

-         E- Me acuerdo mucho de un chico que era buenísimo, muy buena gente, cuerpulento, me acuerdo como si hubiera sido ayer cuando estuvimos juntos.

-         Y- ¿A quién te refieres?

-         E- No me acuerdo de su nombre.

-         Y- ¡Ah! Pues tienes razón ¡Qué memorión tienes!

-         E- ¡Urko! -dijo contento de haber recordado-. ¡Se llamaba Urko!

-         Y- ¿Urko Riendo? ¡¡Ese no era vasco!!... –pensó un momento-. Urko Riendo Llegasantes… ¡Que no era vasco! Vasco era Urko Siendo Pasoeldía que su madre era modista.

-         E- Espera, espera, tienes razón acabo de acordarme. Me refiero a Urko Giendoesparragorry de Tudelaetxea.

-         Y- Cierto, su padre era el mayor recolector de espárragos de Tudela –apuntó Yoteskribo Unaskagadas.

-         E- Otro que era muy alegre se llamaba Ander ¿Recuerdas?

-         Y- Recuerdas no se apedillaba.

-         E- No hombre no, era Ander Ander Ander Lamarimorena.

-         Y- A mí me gustaba hacer gisnasia. ¿Recuerdas al monitor cubano?

-         E- Nilo Senimeimporta

-         Y- ¡Desagradable!

-         E- Desagradable no sé, pero guapo mucho. Iban todas las chicas detrás de él ¡¡Qué majete Nilo Senimeimporta!! –dijo pensativo y sonriente Esterrato.

-         Y- Pues al parecer le gustaba más, que le fueran detrás los chicos. Se fue a vivir con otro monitor: Serguey Lokulto Pormiedow.

-         E- Nilo vivió muchos años con Tandao Pokulito y lo dejó por Serguey.

-         Y- No le importaba que fuera gey, le gustaba precisamente por eso, pero dejó a Tandao porque lo encontró acostao con Tengumbokete Enelojete.

-         E- Había mucho Serguey en ese campamento: Serguey Mencanta, Sergueysey Mestaxikyto, Sergueysey Decuellovuelto, Sergueysey Decuelloalto –pensó un poco para recordar y continuó-. Y Serguey Smarikonow.

-         Y- ¡Qué memorión!

-         E- La verdad es que me acuerdo de todo lo que me acuerdo, de otras cosas sin encambio,  no me acuerdo. Pero de lo que me acuerdo ¡oye, que me acuerdo de casi todo!

-         Y- ¡Calla coño!

-         E- ¡Esterrato!

-         Y- ¡Gilipollas!

-         E- No, a ese no lo recuerdo.

-         Y- Cada día eres más tonto Esterrato.

-         E- ¿Recuerdas cuando estudiábamos los Paranecios?

-         Y-¿Para qué?

-         E- Eso digo yo, para qué, si no servirán para nada.

-         Y- ¡¡Amebas a contar!!

-         E-¡¡Ahora lo recuerdo!! ¡¡La Ameba y los Paranecios son protozoos!!

-         Y-¡Tú sí que estás pa vivir en un zoo!

-         E- Pues había una niña que te gustaba mucho, vasca ella, se llamaba Amaia Kemestaskontando.

-         Y- Empezamos a salir, pero al final todo quedó en agua de torrijas. Se echó un novio negro como el porvenir; era Keniata ni desata y otro también negro, congoleño pa la lumbre que llegó en partera y se estableció por su cuenta como vendedor del top manta. Un día llegó la policía, salió corriendo y ahí la dejó, tirada como un fardo.

-         E- Tranquilo hombre ya se habrá levantado.

-         Y- Qué nombres más raros tenían los vascos ¿verdad?

-         E- Iker Nomeimportetxea Loketepasestua.

-         Y- Tengunakaka Gordikoetxea Pegajosua.

-         E- Miakeboba Ketaspuesto que no se separaba ni un momento de Foyamutxo Isestenúa y de Esunakosa Pekaminosa.

-         Y- Otro había muy tímido que siempre estaba solo y se llamaba Alperroflako Tosonpulgas.

-         E- Uno que tenía muchos amigos era Esapetaka Tienelakaka.

-         Y- Otro era hijo de un pastelero muy famoso en su casa, se llamaba Lobombone Engordanketekagas.

-         E- ¡¡Cómo nos pusimos de chocolate a escondidas!!

-         Y- ¡Y de cigarrillos!

-         E- Por cierto, supe que Ana Bolizante llegó a ser una refrutada deportista.

-         Y- ¿De qué?

-         E- Deportista. Pero le quitaron todos los títulos que ganó por doparse.

-         Y- Erika Fekonletxe Ytostadas siempre andaba peleándose con Quexua Dekabrales Podridoutxua.

-         E- No sé si recordarás a Enelsobako Tengumpelako. Tuvo una refriega muy gorda con Jinkando Dekuandonkuando y los tuvieron recluidos en un cuarto oscuro.

-         Y- Sí y salieron muy amigos, desde entonces no volvieron a separase… Parecían seismeses.

 Llevaban horas charlando fluidamente; rememorando viejos tiempos y antiguos amigos (o conocidos).

De tanto recordar, habían olvidado el verdadero motivo de su encuentro y que no era otro que el poema que Esterrato deseaba leer a Sestampana en el altar el ya cercano día de su boda.

 -         Y- Bueno Esterrato, me ha gustado mucho departir este ratito contigo.

-         E- ¿De partir qué? No hemos partido nada, más bien, nos hemos quedado juntos, aunque hablando de partir ya tengo que irme porque se me hace tarde y ya sabes que soy muy puntual.

-         Y- Tendrás que darme otros pocos datos.

-         E- ¿Patos? ¡¡No tengo!!

-         Y- ¡Ni sontotone!

 Esterrato no entendió, pero tampoco preguntó qué había querido decir su amigo con: “nisontonone”. ¡Pensó, cosas de intrelectual!

 Yoteskribo Unaskagadas, se conformó con los pocos datos que unas líneas más arriba le había proporcionado su antiguo compañero de pupitre y quedó en entregarle el trabajo al día siguiente, no sin antes prometer a Esterrato que  el poema sólo hablaría de amor, sin obscenidades o palabras malsonantes y mucho menos hacer alusión a la falta de parte del miembro más importante para cualquier hombre, mucho más para Esterrato Tanagusto que se casaba de penalti sin haber estado siquiera sentado en el banquillo de aquel partido. Aun así, Esterrato se sentía dichoso desde el día que Sestampana le dio el “si te quiero de novio”, porque había logrado conquistar a la chica de la que todos presumían habérsela “zumbau” y sólo él iba a tener el privilegio de llevarla al altar y dormir cada noche a su lado, aunque el único placer que podría dar  a su amada esposa, sería ese: dejarla dormir tranquila.

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