DEDICATORIA:



Dedico con mucho cariño este blog a los buenos amigos que se prestaron gratuitamente a ejercer de improvisados actores para que Tele-Le fuera una "realidad". Especialmente a Jesús; pese a todo, él sigue conmigo.

martes, 7 de abril de 2020

HISTORIA REAL... PROLOGO Y SEGUNDO CAPITULO


Gracias al autor de la foto, parece que hubiera leído ésta novela y plasmó a Esterrato Tanagusto Toíto, tal y como lo inventé

HISTORIA REAL COMO LA BIRRA MISMA

PRÓLOGO

Hace tiempo publiqué y ayer “republiqué” el primer capítulo para refrescar la memoria a quienes lo leyeron allá por el 2009 año de Nuestro Señor.
He decidido publicarla por capítulos, aportando mi tímido grano de arena en forma de humor surrealista y esperpéntico. Fuisteis muchos los que ayer me pidieron que continuara enviándola y aquí está. 
https://tele-le-surreal-humor.blogspot.com/2009/02/historia-real-como-la-birra-misma.html
   Vamos a salir de ésta, el humor es muy importante y en España vamos sobrados de buen humor… Y de buenas gentes como  sois mis lectores.

 Ya está, por fin ve la luz esta loca novela “Historia Real Como La Birra Misma”.
Una historia sin pies ni cabeza; dirán aquellos que critican sin haber demostrado que ellos pueden hacerlo aun peor.
Una historia divertida para que mis conocidos la lean sin saber quién la escribió y así puedan tener una opinión objetiva sin el menosprecio que conlleva el trabajo literario de aquellos que nos son  cercanos y sé muy bien de qué hablo y a quienes me refiero. (Hoy esta nota no cuenta, porque soy yo misma quien os la entrego en mano muy gustosa). 
Una historia loca para quien tenga mucho sentido del humor surrealista; y se abstenga de leerla quien no goce de él.
Mis referentes de humor Surrealista: Yuyu, Gila, Les Luthiers, Faemino y Cansado,  grandes entre los grandes de este género y Ángel Garó, (hoy, por razones que prefiero obviar, desaparecido de entre mis preferidos)
Echando la vista atrás, recuerdo que también me gustaron mucho Tip y Coll. 
Aunque naturalmente cualquier parecido entre ésta novela y mis admirados actores del humor, será pura casualidad, jamás copia, plagio ni imitación burda de sus obras. 
Mi novela es mía y he empleado en ella los nombres y situaciones que mi propia fantasía ha ido forjando. Ojala mi ilusionada osadía tuviera una brizna del ingenio de estos genios que como referente os nombré.
Sin duda una historia que hará pensar y no dejará indiferentes ni a quienes me son indiferentes.
Una historia que me divirtió escribir; pese al esfuerzo que cuesta que piezas tan alocadas encajen perfectamente formando esta “Historia Real como la Birra misma” que espero disfrute todo el que la lea.
 
HISTORIA REAL COMO LA BIRRA MISMA

-CAPÍTULO 2-

-EL PRINCIPIO DE ESTA HISTORIA-

Vosotros lo habéis querido. Me decís que siga y aquí me tenéis continuando con esta novela.

 Remontándonos unos veinte años atrás, comenzaré la historia como debe de ser: por el mejor principio que se me ha ocurrido; no olvidéis que soy la autora y puedo hacer lo que quiera con los personajes y situaciones que terminarán componiendo esta “Historia real como la birra misma”.

 ***

El día que Sestampana tuvo la certeza de que el engordamiento de su barriga no eran gases, se le planteó la duda de a quien encasquetar –nunca mejor dicho- el encarguito.

 Teniendo en cuenta que se había pasado por la entrepierna a todo el que tuviera más ganas de follar que escrúpulos, no era fácil acertar con el verdadero padre o que cualquiera de sus amantes ocasionales creyera serlo o quisiera aceptarlo.

 Lo jugó al pinto pinto gorgorito y cuando dejó de hacer semejante estupidez sin sentido, fue en busca de sus múltiples candidatos; sabía perfectamente dónde encontrarlos reunidos.

 Aquella tarde el famoso director: “Alex Yotoko Komolculo” había convocado ensayo general y la banda al completo se encontraba afinando instrumentos. Cuando vieron aparecer a Sestampana, a Yotoko Komolculo le tembló la varita. Sabía que sin necesidad de lluvia, aquella noche iba a mojar.

 La muchacha –que aún lo era; daros cuenta que estamos en el segundo capítulo y el comienzo del primero ocurrió varios años después- La muchacha –decía; que me pierdo en prolegómenos- se acercó coqueta  e insinuante a la par que patosa, sin mirar que en el suelo yacían apiladas varias fundas de guitarras;  tropezó y se “estampanó” contra el atril, desparramando las partituras sobre el contrabajo que cuesta ponerlas en orden, dando con su cabeza en el bombo, con el consiguiente estruendo de risotadas.

Con el cachondeo, ninguno era capaz de acercarse a la atribulada chica.

Esterrato -que había salido a mear- mientras se acercaba al nutrido grupo miraba la escena con estupor -y sus gafas miópicas de 12 dioptrías- corriendo raudo a la par que enfadado a socorrer a su amada.

El muchacho estaba secretamente enamorado de Sestampana. Sabía de la casquivanez de la joven, pero jamás le importó. Era más fuerte el amor por ella que el temor a ser considerado públicamente un eunuco cabrón.

Por la premura en llegar hasta ella para ayudarla a levantar, el chico -que además de ceganiles era torparrón, se lió con sus propios pies y cayó de bruces contra el suelo partiéndose en varios pedazos  los prominentes paletos.

Sin hacer aprecio a su propio dolor, sangrando como un cochino en día de matanza y para no perder tiempo en levantarse, reptó por la raída moqueta del teatro hasta alcanzar a Sestampana que gemía de dolor haciendo honor a su apellido: “Tolrato”.

 Finalmente logró alcanzarla; Esterrato con la boca ensangrentada y sin los dos dientes paletos que acababa de perder, sonrió tan patética como amablemente y al intentar incorporarse se desplomó desmayado a los pies de Sestampana.

Cuando instantes después recobró el conocimiento, vio como todos sus compañeros de banda, literalmente, se retorcían de la risa, tirados por el suelo sin fuerzas para ayudar a ninguno de los dos accidentados.

 -      ¡¡Qué mala gentuza!! ¿Por qué os reís de nosotros en vez de venir a ayudarnos? –gritó Sestampana-. ¡Mentecatos!

-      ¡Mantecados, que sois unos mantecados!

-      Mentecatos querido amigo, he dicho mentecatos.

 Esas fueron palabras mágicas para Esterrato. Su adorada Sestampana se había referido a él como “querido amigo”.

-      ¡Qué mala es la envidia! –acertó a balbucear  Esterrato-. ¡Ya os gustaría que “Esta” os quisiera como me quiere a mí!

-      No seas maleducado, que tengo un nombre bien bonito para que tú me digas despectivamente “esta” –reprochó ella.

-      Perdona Sestampana –apuntó tímida y bobamente sin parar de sonreír- No me puedo creer que una chica tan guapa  como tú me haya elegido como amigo. Mira –dijo mostrando un tatuaje en su escuálido brazo Esterrato-. No es que no me guste tu nombre; Sestampana es el nombre más bonito del mundo; aunque  –apostilló-. No me cabían en el brazo nuestros nombres completos.

 En el esquelético brazo derecho a la altura del inexistente bíceps, Esterrato se había mandado tatuar un corazón atravesado por una flecha con la inscripción “Este ama a Esta”.

Al  contemplar semejante demostración de amor sin cortapisas, Sestampana comprendió que no habría mejor padre para el fruto de sus entrañas que aquel infeliz.

-      No tengo mucho que ofrecerte: no soy guapo. Estoy tan delgado que no me detectan ni las alarmas, ni los sensores de luz; tengo pelopecia y veo menos que un gato yeso, pero me gustaría que aceptaras ser mi novia –decía Esterrato con la sangre reseca en la comisura de los labios.

-      ¿Quieres ser mi novio? –preguntó extrañada-. Por mi parte no veo inconveniente.

-      Ye te dije que yo tampoco veo, tengo muchas dietrías y la vista cansada.

-      ¿Cansada? ¡Tú lo que tienes es la vista más vaga que un perro a la sombra en febrero!

-      Tenía vista de esguince, pero fui al oftalmeólogo porque tenía una cascada en un ojo.

-      ¿No sería una catarata?

-      Si hombre, como las del Viagra. La cosa es que  para mirarme las alquiladas

-      Las pupilas –rectificó la chica.

-      Me echó un delirio caducau en los ojos y desde entonces me quedé cegato siamés por siempre jamás amén.

-      Si, algo de eso me dijeron.

-      ¡Ya! aunque le pedí que no se lo dijera a nadie, fringió el juramento hipócrita y se lo contó a todo el mundo.

-      Tranquilo, aunque el médico no lo hubiera infringido tú no  podrías ocultarlo ni aunque te empeñaras.

-      Ya sé que mi visualidad es un secreto a veces

-      Más bien a voces –de nuevo rectificó Sestampana.

-      Si tú aceptas, te prometo que te respetaré hasta el día de nuestra boda, porque soy de la creencia que la mujer debe ir virgen al matrimonio.

-      ¡Ya! ¡Pero es que yo estoy preñada! –le espetó ella.

-      Sé que has tenido varios escanfeos amorosos y no me  importa ¡eso que nos ahorramos! Así tendremos hecha la tarea,  yo te quiero igual; seré un buen padre para tu hijo y mi madre será por fin abuela que tiene muchas ganas de tener un nietecito; además como todo el mundo sabe que soy nenuco y no puedo tener condescendencia diremos que para quedarte embrazada has cometido  una diseminación en víctor.

 Sestampana obviando las demasiadas palabras tergiversadas que escuchaba, no podía creer la suerte que le había caído encima. En una ráfaga de tiempo, pensó que tendría que agradecer al muchacho tanto amor con un beso; mientras acercaba los labios a la boca de su ya novio,  giró unos grados y depositó un castísimo beso en la mejilla del azarado Esterrato.

El favor era grande, porque cargar con el hijo de otro como propio, era algo que ni en sueños hubiera imaginado Sestampana, pero aquella boca desdentada y sanguinolenta, fue demasiado para el frágil estómago de la preñada chica, que ocultó una arcada tapándose la boca con la mano. Gesto que su novio interpretó como tímido recato al besarle por primera vez.

 -      Tranquila mi vida, no hace falta que me beses delante de estos impresentables que ni siquiera  bajaron del escenario para ayudarte.

 Los componentes de la banda al completo habían contemplado la tierna escena –y gracias a la acústica del local y al micrófono inalámbrico que el director Alex Yotoko Komolkulo tenía instalado en el atril escuchado con toda claridad la conversación- a duras penas podían contener las carcajadas cuando puestos en pie rompieron en un caluroso a la vez que sarcástico aplauso gritando: ¡¡Vivan los novios!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Q habilidad!😃
te admiro, sigue así.👏

Unknown dijo...

Enhorabuena,sigue así 😃👏

Marisa Pérez Muñoz dijo...

Bienvenidos a este Blog

Muchas gracias a los dos...

A reír, que es sano y gratis!!!

Marisa