Agosto-2013
Ha fenecido una moscarda
víctima de su propia necedad… volaba a más velocidad de la permitida y se
empotró contra la pared del patio de mi casa donde me la encontré xurruscada y
reseca por el implacable sol agosteño.
Tras comprobar que el cadáver
se hallaba sin vida procedieron al levantamiento del mismo; pero la gravedad
hizo que cayera por su propio peso, certificando entonces que estaba muerto y
bien muerto el mosco.
Las primeras investigaciones
arrojaron un si es no es ya que los resultados de la autopsia fueron
espeluznantes: el cadáver dio positivo en el control de cacolemia. Tarea ardua,
porque a la díptera descabezada, le fue prácticamente imposible soplar y
tuvieron que analizar sus vísceras a ojo.
La muertoxia confirmó que la
posición del bicho no dejaba lugar a dudar que todo lo que digo es cierto a la
par que verídico.
Al parecer la insecta creyó
que podría atravesar la pared y únicamente consiguió empotrarse en ella sin
tiempo para reaccionar, ni accionar la marcha atrás ni decir ¡Vaya ostión me he
dau!
La sorpresa y posterior
premura en escribir la crónica me hizo olvidar realizar fotos en el lugar de
los hechos por ello he manipulado esa foto, para que los lectores se hagan una
idea.
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